Aikido

Hace tiempo que tenía ganas de practicar alguna actividad física, pero algo entretenido, al menos, más entretenido que andar saltando como mono arriba de un step, o sudando en un montón de fierros con pesas, que es lo que tradicionalmente se ofrece...

Hasta que un alumno me invitó a su academía, profe, por qué no hace Aikido?
mmmm Aikido, hace años que esa disciplina me llama la atención, fuí a ver las academías hace un par de años, pero ese viejo problema de no tener con quien ir limitó un poco mis ganas de querer practicar... así que le pregunté a Paula, si quería ir conmigo.
Vimos una clase y el Sensei nos invitó a tomar una semana de clases para ver si nos gustaba o no.

Wow vaya que nos gustó, eso de volar por los aires y aterrizar de hocico en el suelo es de lo más entretenido, más cuando aplican llaves de Jiu-Jitsu e inmovilizan brazos y piernas, debo reconocer que si bien estoy relativamente en forma, y mi elonganción no es tán pésima, aún tengo graves problemas con la coordinación (los mismos del baile) así que tengo que practica bastante eso de las caídas y la postura.

La gracia del Aikido es que no utiliza golpes, sino simplemente se desvía la fuerza del oponente para sacarlo del camino, aún así la exigencia física que en un inicio me pareció mínima me ha tenido toda la semana adolorido de diferentes partes, no es que me queje, es más me agrada eso (Paula está peor ya que hace moretones de nada), sólo espero que mi técnica avance luego para al menos, aprender a caer con gracia.

Realmente, y lo he pensado bastante bien, no escucho música nacional, más allá de los discos de Violeta Parra, Inti Illimani, Los Jaivas o Victor Jara que tienen mis papas (digamos lo escuchable dentro su su gran selección folklórica) no gasto tiempo ni dinero en adquirir productos nacionales.

Traidor a la patria? ni tanto, hace poco fuí al concierto de despedida de la banda de un colega, Jirafa Ardiendo, y hace menos aún fuí a apoyar a la banda de unos alumnos, The Ganzos, en un festival de la U. Central, es que simplemente las bandas chilenas no me gustan, y desde siempre ha sido así, siempre preferí bandas de afuera, aca como que las cosas nunca me calzaron bien.
Sin embargo concuerdo en que existe potencial y en algún momento podré decir que tal o cual banda es mi favorita.

Sin embargo ahora mi poco cariño hacia el producto nacional puede verse empeorado, ya que la SCD (Sociedad Chilena del Derecho de Autor) pretende implantar en Chile un canon (impuesto específico) similar al aplicado en España sobre cualquier medio que permita la reproducción o copia de sus obras. Es decir, aparte de tener grupos y solistas mediocres, por los que no gastaría un peso en comprar sus obras, más encima ahora tendré la obligación de mantenerlos y pagarles un puto sueldo que no se han ganado a costa de la posibilidad remota de que en algún momento use mi Emule, Internerd, el Pc, o mi Ipod para reproducir o copiar sus asquerosas canciones sin su consetimiento.

Podría cobrarles a mis alumnos por la posibilidad de ocupar mis geniales ideas a futuro (o mis chistes fomes, o mis diseños de barba) basado en la misma genial idea.

Tal como señala Fayerwayer (sitio que aún no cobra por citarlo) el gobierno parece haber aceptado un proyecto de ley hecho a medida de la SCD, pero que desconoce la posición de otros frente a este problema, y deja a la entidad de derecho de autor en una suerte de monopolio libre de cobrar como se le de la gana.

Mala cosa, no me molesta adquirir productos originales (casi siempre lo hago, con mis juegos, películas y otros), no paso metido en el persa o en la calle comprando las copias, tampoco vendo las cosas que bajo, pero si me molesta mucho regalarle plata a weones que no se la han ganado.

Ubiergo y compañía puedes meterte tu acuerdo en cualquier parte...


Más información acá: Liberación Digital.

Hace algunos días que estábamos preparando un paseo a Baños Morales con algunos de mis colegas, a fin de establecer con claridad la ubicación y salidas disponibles para un terreno que se hará en esa zona.
Ayer fué el día, por lo que salimos temprano rumbo al cajón.

Mis experiencias previas en este sector, habían sido bastante agradables, tanto en 150cc como en mis actuales 250cc, aunque eso sí, en mis anteriores aventuras, no pasé de San Gabriel, es decir, no salí de mi querido asfalto, ahora y aunque me había preparado mentalmente para el asunto, era la primera vez que me aventuraba por "el camino de tierra", al menos en travesías largas y con acompañante (38kms en total).

Viajar en tierra es muy distinto a hacerlo sobre asfalto, algo básico que sabe cualquier motociclista, pero aquellos que viajan en auto o quienes nunca han manejado, no lo entienden muy bien. Los tiempos de frenado cambian, la estabilidad varía, y las curvas no son el deleite al que estoy acostumbrado, más considerando que mis neumáticos NO SON DE TIERRA... a mi favor el mito, que dice que la estructura básica de mi moto es la misma de la Xr250 Tornado... algo debe quedar en la familia no?

Hasta San Gabriel la cosa fué como siempre, más considerando que mi moto salió de mantención el sábado y está como nueva, la respuesta es genial, casi tanto como la sincronía que tengo con mi acompañante (jejeje sin duda lo mejor de cualquier paseo)... como me demoré en el "desayuno" tomé la opción de sigan y yo los pillo, así que mis colegas me esperaban en el Control de Carabineros, de ahí emprendimos la subida.

Sinceramente no recuerdo haber viajado antes por tierra, más allá de una par de kilómetros, ahora la cosa era en serio, y más encima con la preocupación de viajar con acompañante, salí lento, por varias cosas... que la vibración, que las piedrecillas, que la tierra, que la amortiguación delantera... mamonerías si uds. quieren, pero me preocupaba mi moto y en segundo lugar no caer... por lo que no subí más allá de 40kms/hr... luego de tomar la ruta errónea, me devolví un par de kilómetros para entrar a Baños Morales y dejarme llevar por la cabra de cerro que llevo dentro y que me hizo, apenas bajé un pié, a salir corriendo para subir una estructura bastante entretenida.



A decir verdad, estuve casi toda la mañana subiendo el cerro y jugando en la nieve que aún quedaba.


Se nota que uno vive en Santiago, noten que la rueda tiene el candado puesto!!


Al bajar, animado por la excelente respuesta de mi moto (hay que decirlo, la CBX es la RAJA), aumenté un poco la velocidad, pero sin lugar a dudas, pasar el puente de San Gabriel y volver al asfalto fué como llegar al paraíso, para que se hagan una idea, fueron 40 kms. de manejar un martillo neumático con ruedas, por lo que la felicidad a la hora de volver al terreno plano fué infinita.
Debo reconocer algo que hace tiempo intuía, la Tierra no es mi Elemento.

pd. Las fotos son de Feña, mi cámara se quedó en la casa.

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