P o l l o ' s W o r l d

Hace tiempo que debí manifestarme respecto a esta "campaña", y la verdad es que comparto la idea de que deberíamos salir de vez en cuando a "pitearnos" algunos flaites, ese "cáncer social" (como lo definió mi padawan Germoney) que lo único que hace es ensuciar nuestra ciudad, y que en la mayoría de los casos, no sirven para nada más que abultar nuestro sistema penitenciario.

Sobre las razones que pueden impulsar a un ser humano a denigrarse completamente, y convertirse en escoria social, no me puedo pronunciar ya que en verdad las desconozco, trabajo con personas de distintos estratos sociales (la mayoría de estratos bajos) y veo como sus familias se esfuerzan por acceder a una "buena educación" para sus hijos y como muchos de ellos hacen enormes esfuerzos por salir adelante, trabajé en proyectos como Chile Califica y me dí cuenta que es mucha la población interesada en superar la pobreza a costa del esfuerzo propio (y de sus familias), es gente de escasos recursos, que trata de finalizar su proceso escolar y optar una mejor calidad de vida, en forma honesta y responsable.

Y luego veo a estos delincuentes en las calles, llorando miserias, o culpando al "sistema" por las posibilidades negadas, culpando a la sociedad que los obliga a delinquir, y robando, estafando, golpeando y aprovechandose de la gente que con esfuerzo se gana mes a mes el sueldo, así que en verdad no entiendo que pasa por sus cabezas, si es que alguna vez se llegan a cuestionar su accionar.


Piteate un Flaite: No es una campaña al aire, esconde tras de si un sentimiento muy fuerte de todos aquellos que pensamos que no está bien que esta gente transite libremente por las calles, que no está bien que debamos dejar la ciudad en sus manos, y que no está bien que debamos aceptar su cultura periférica y anti social.

Carolina Tohá se manifestó contraria ya que inducía a la estigmatización de los sectores más pobres de la población, y algunos "personajes" del mundillo político se sumaron, temiendo una discriminación masiva, o el surgimiento de hordas de neonazis descerebrados marchando por las calles.
El asunto es otro, no los queremos, los flaites son una molestia, sus costumbres, su arrogancia, su desprecio hacia los demás, su depredación del entorno, sus valores trastocados, el hacer de la delincuencia un modelo de exitismo social, donde el más flaite es el mejor, el que más roba, o el más choro, esa gente no tiene cabida en nuestra sociedad y debería ser apartada, o al menos restringida, pero por supuesto eso afecta a los derechos de las personas, a la diversidad y a no se qué cosas... el punto es que nos afecta a nosotros, las personas que creemos que el trabajo es la forma surgir, que creemos en la educación de los niños como forma de mejorar el futuro del país y al final terminamos siendo los afectados.

Un ejemplo puntual, hace algún tiempo que vivo en la comuna de Independencia, cerca de mi casa hay una plaza, en la cual no se podía transitar de noche porque estaba llena de borrachos y malvivientes, a veces se instalaban hordas de flaites y más de alguna vez vi una especie de batalla campal entre ellos... hace unos meses la plaza fue remodelada con motivo de los trabajos de Costanera Norte, ahora fué "tomada" por la comunidad peruana que vive en los alrededores, y da gusto ver como los fines de semana se reúnen para jugar a la pelota (tienen una especie de escuela de futbol), juegan voleyball, ping pong y hacen un monton de actividades sanas, ahora los fines de semana y algunos días de la tarde, la plaza está llena de gente que sale a disfrutar y que goza, en paz, del entorno verde.

Tal vez no sea la solución salir a matar a un par de flaites (me gustaría que así fuese por cierto, no tengo por que negarlo), pero si hay que recuperar los espacios y marginar a estos malvivientes, dejarles en claro que la ciudad es de las personas y no de ellos, el asunto no sólo pasa por un edurecimiento de las manos, o por crear más cárceles (sería ideal tener a todos los flaites encerrados por varios años), pero tampoco podemos seguir amparando a estas personas, ya que a veces parece que importan más los derechos del delincuente que los de la victima, ni tildando de nazi a las personas que manifiestan su disconformidad hacia estos grupos sociales, de lo contrario seguirán proliferando y al final los marginados seremos nosotros.




Es sencillo: Los flaites son delincuentes, así de simple e independiente de su estrato social.