Al salir de Buenos Aires se acabaron varias cosas, en primer lugar se acabaron las comidas ricas y baratas, se acabó el hospedaje en hostales y se acabó el wifi, lo que limitó considerablemente la puesta al día de nuestra aventura.
Día 4.
Salimos muy temprano para tomar el Buquebus, tras correr por las calles de Buenos Aires para llegar a la hora, y luego de correr para comprar los pasajes y hacer el check-in, logramos acceder al ferry que cruza desde Buenos Aires hasta Colonia en Uruguay, resultó ser una experiencia muy agradable ya que el Eladia Isabel, era un tremendo barco (casi no se sentía el movimiento) que contaba con tienda, bares y hasta pinballs, sin embargo, luego de pasear el movimiento cunístico nos venció y caímos rendidos ante el sueño, despertamos poco antes de llegar a Colonia.
En Colonia pasamos por migración de forma más que expedita, de hecho la señora nos dijo:
-"Tienen equipaje?"
-"sólo las bicis"
-"ah entonces pase y salga con ella"... nada más cómodo.
En el terminal de Colonia tomamos un bus que nos permitió llevar las bicis armadas hasta Montevideo.
Aquí se presentó una gran diferencia con Buenos Aires, ya que Montevideo no sólo es chiquito, sino que sus cuadras son pequeñas y los edificios es como si los hubiesen comprimido, es como si un edificio normal fuese comprimido para alcanzar en sus pequeñas cuadras... Primera insatisfacción la cómida era cara y mala, nada que ver con Baires... recorrimos el centro buscando donde quedarnos y nada.
No había hostales, no había hoteles... después de vagar un rato la Paula llegó a pensar que era por nuestra pinta y por el hecho de andar con las bicis, al final se nos acercó un pintoresco personaje en una bicicleta y nos recomendó un lugar.
Así llegamos al Hotel Montevideo, tenía olor a viejo y esa paleta de tonos café-verdosos típicos de lo que estaba de moda como en los años 60, la gente nada que decir, muy amables nos facilitaron la cochera para dejar las bicis, la habitación era simple, el baño era extraño, ya que al parecer es común que no usen tina sino la ducha encima de un espacio del baño y un orificio de desagüe, ojo, no se malinterprete, no era pobreza, ya que luego comprobamos en otro lugar que esto es como común.
Luego descubrimos que el motivo de la escasez de habitaciones se debía al Carnaval, así que pasamos parte de la tarde observándolo a pocas calles de distancia (no era muy espectacular, debo reconocerlo, sin embargo es un hito dentro de la ciudad)
Una de las pocas riquillas de Montevideo
Luego comer algo, una Pizza pésima (peor que las de Santiago) y una lasaña que parecía burla de lo pequeña que era...
Día 5.
Este fue el día de pasear por Montevideo, gracias a su reducido tamaño es ideal para recorrerla en bici o caminando, paseamos por la ciudad vieja, que es muy bonita, comimos una rica y carísima comida en el Mercado, luego paseamos tomando fotos y conociendo esta ciudad, que nos dejo un recuerdo como a Valparaíso, y en otros se nos aparecía como una ciudad media caribeña... De ahí a las Ramblas, que es como se conoce la calle que rodea la zona costera y las playas, las playas de Uruguay son hermosas, y aquí una Segunda insatisfacción: la naturaleza es cruel en Uruguay, ya que simplemente los hombres son ricos y las minas son feas, nada que hacer... sólo ampararse en la idea (vendida por la publicidad) de que en Punta del Este no sería así.
Palacio Salvo, Plaza de la Independencia
por la noche fuimos al Casino de Montevideo (lo que más hay en Uruguay son Casinos) y ganamos como unas 15 lucas, así que nos fuimos a celebrar y tomar unas chelitas a la ciudad vieja, de ahí un taxi al hotel, y nos felicitaron, por conocer la ciudad, ya que le indicamos al taxista (que era nuevo) como llegar al hotel, y por "hablar tan bien" jajaja debo ser el chileno que peor habla, aún así le gustó nuestro acento.
Día 6.
Nos levantamos temprano ya que debíamos pedalear hasta Atlántida, distante como 50 kilómetros desde donde estábamos, la mayor parte del día recorrímos la enorme Rambla que bordea la costa (fácilmente unos 20 kilómetros), hasta sufrir un pequeño problema por el sobrepeso de las bicicletas, nada que no pudiera ser resuelto en una bomba que había por ahí... de ahí la ruta nos llevó por Ciudad de la Costa, una urbanización harto fea que ni siquiera tenía caminos asfaltados, salvo la Carretera, por lo que tuvimos que mantenernos en la berma...
Así llegamos hasta Salinas, donde comimos unos ricos tallarines, en un lugar barato que no cobraba "cubierto" (en uruguay te cobran aparte por el derecho de sentarse a la mesa, y muchos lugares cobran el iva por separado)... así seguimos hasta que amablemente un policía nos ordenó tomar la caletera para ingresar a la ciudad de Atlántida, por suerte encontramos un bonito lugar bastante rápido, ya que era de noche, teníamos hambre y queríamos dormir.
Etiquetas: argentina, bicicletas, buenos aires, comida, montevideo, uruguay, viajes
Te falta cancha chuchatumare. Primero que todo, en Uruguay está LLENO de minas ricas, creo que solo tuviste mala suerte.
Segundo: Es un país de 2 millones y pico de habitantes, que más esperas? Además de que es pobre y su territorio es pequeño.
Tercero: Cultura. Como buen chileno demuestras ser un huaso de mierda al no entender que Uruguay es OTRO país, con otra cultura, con otro TODO. Como cualquier otro país de América. Uno no va a otros países exigiendo que se comporten como uno quiere que se comporten, eso déjaselo a los españoles o a los gringos.
Finalmente, si encuentras caro Uruguay, es porque andas con MUY poca plata.
Espero que en Punta del Este te sientas más a gusto ya que es un balneario prácticamente argentino, lleno de niñas lindas, gente con plata y restaurantes.
Saludos! El Cerdo
PD: No sé para que mierda buscas minas si vas con polola, bolú!
Pense que tu blog habia muerto.
Mis amigos que fueron me dijeron basicamente las mismas weas que cuentas aqui; B. Aires es un paraiso pal bolsillo porque comer, tomar y alojar es baratisimo. De P. del Este, se llevaron la impresion que era demasiado caro; una cerveza en lata en algun bar salia como por 2 lucas. Con eso podrias quedar medianamente ebrio en Santiago.
Conclusion; visitar de nuevo B. Aires y quedarse ahi.
P.D.: Comentario sexual; me dijeron estos hueones que hasta las nanas eran rubias, de 1.80 mts. (no pal lado, como las de aca), con medidas 90.60.90
Cerdo: tengo la impresión de que no solo no es pobre, sino que además tienen un nivel de vida mucho más alto que el nuestro, sólo que sus prioridades no van por el lado de hermosear la ciudad ni cosas así, ahora respecto a lo segundo, estás en lo correcto, en punta si que había minas ricas, y hombres también ya que no miro solo jajaja
Desquite: estaba muerto, ahora no, probablemente vuelva a morir en un tiempo más.