Llueve... (la mitad + 1 de los Blogs de Santiago ha dicho eso hoy), lo cual me produce sentimientos encontrados, por una parte me encanta la lluvía cuando no hace frío, que me caiga en la cara, que me moje el pelo, hasta me dan ganas de aprender unos pasos para emular a Gene Kelly... por otra parte siempre hay quienes lo pasan mal con la lluvía, así que disculpen mi egoísmo, hoy salí a pasear, quería mojarme y quería ver llover en mi ciudad.
Hace años que no veía al Mapocho así, si bien no estaba a punto del desborde como yo lo esperaba (y era un mini despúes de todo, gracias a Hernán por recordármelo), era un buen espectáculo, fuerza bruta natural, torrente desbocado, es decir, un Río Real!!! no esa agüita amarillenta de todos los días, lo cual se agradece, así da gusto, cuando la naturaleza nos dice: Aquí estoy!!! y nos recuerda la fragilidad humana y toda nuestra seguridad, carreteras (submarinas a estas alturas), metros (acuáticos) y vehículos (anfibios), quedan a un lado, la Natura Rulez!!! aunque nos guste olvidar ese hecho.
Santiago es re bello, pero lo es aún más con lluvía, es... intimo, sólo algunos en las calles, la mayoría escondidos en sus casas, temerosos del agua que cae, momentos ideales para salir a disfrutar de la ciudad y observar sus detalles, algo tan sencillo, como sus paseos peatonales vistos desde otra perspectiva, bajo el manto líquido que hoy cubre nuestra urbe.
Gracias por la lluvía... entendámonos, la culpa de los problemas es nuestra, no del vital elemento.
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