La Vega Central es un espacio re entretenido para visitar, y para comprar barato evidentemente, son como 3 partes o mundos diferentes unidos por un espíritu similar, el barrio.
Desde el Mapocho, cruzando el puente Los Carros, encontramos el primer espacio que consiste en tiendas de frutas y abarrotes, todas muy generosas en cuanto a color y forma, cubren el terreno entre Santa María y Artesanos al lado de las Pérgolas.
Cruzando Artesanos, encontramos La Vega Chica, que corresponde a varias cocinerías (en las que se dice se come muy rico y barato, aunque nunca lo he comprobado), de pasillos pequeños, locales de madera, con calendarios antiguos que adornan sus murallas de azulejo y linóleo, mientras que sus propios dueños nos invitan a sentarnos por ahí a disfrutar de sus comidas.
Pero lo entretenido viene después, al cruzar Antonia López de Bello, ya que nos encontramos con La Vega, tal cual, un mar de gentes, carros de compra, camiones que descargan su producción, taxis, furgones, etc. Como mercado no tiene nada que envidiarles a los de regiones, ya que en sus pasillos encontramos desde Choclo Negro (importado desde el altiplano) hasta Maquínas de Suerte (tragamonedas) o Patchinko (importadas desde el lejano oriente), no es un asunto tradicional, sino que un asunto de real libre mercado, donde conviven productos muy diversos y personajes muy diversos también, no es como la fomedad de ir a comprar a la feria, pues la Vega es una aventura mucho más entretenida.
Recomiendo pues, querido blog-lector, que visites este mercado con ojos de turista, esto es asimilando los detalles, conversando con la gente, recorriendo sus calles, sus ferias de las pulgas circundantes, le aseguro que encontrará más de algún elemento que cautivará su atención.
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