Hoy salí con mi Madre a pasear, fuimos a la Central Rapel, por una ruta que quería hacer desde que la ví en la Turistel.

La fuí a buscar relativamente temprano, nos fuimos por Pajaritos (donde incluso un chofer me felicitó por mi prudencia al conducir!!!, obvio, ya que iba con mi madre y no la arriesgaría por nada) y luego por el antiguo Camino a Melipilla, que en ambos actúa como un ejercicio de nostalgia, ya que era el camino que hacíamos para visitar a mi abuela cuando era chico.
Dicho camino está en mal estado, por lo que mi madre debió sufrir algunas sacudidas propias de los parches del pavimento, por lo que es muy notoria la diferencia con la Autopista del Sol, y ya muy pocos se atreven a aventurarse por él.
Llegamos a Malloco, y fuimos al Cementerio para visitar la tumba de mis abuelos. Este camposanto siempre me ha llamado la atención por su aspecto rural, y por la constante rotación de "huéspedes", por lo que es super común ver tumbas abiertas en espera de otro finado, y generalmente se encuentran trocitos de muerto o de cajón, incluso una vez encontré un cráneo trepanado, pero olía tan mal que fué imposible llevarmelo.
En él aproveché de sacar algunas fotos.





Seguimos el viaje, pero ésta vez por la Autopista hasta Melipilla, en un trayecto rápido y sin contratiempos, para luego tomar el desvío hacia Rapel.
Una vez pasado el peaje decidímos pasar a comer algo a Melipilla, y oh sorpresa!!! como ha cambiado desde la última vez que la visité (hace unos 10 años), incluso me anduve perdiendo!!! pero luego de unas vueltas ya logré reconocer el espacio.
Una vez satisfechos partimos rumbo a Rapel.

El camino es un poco complicado, por la cantidad de cerros, curvas cerradas, y principalmente por que es de dos vías, muy pequeño, lo que complica el paso especialmente cuando vienen camiones en contra, así que llegué al Cruce Las Arañas un poco estresado, aunque de ahí hacia la Central Rapel, la cosa era bastante más tranquila.

La Central es grande, pero no tanto como yo pensaba, y es... como decirlo, bueno, bastante fome, ya que aparte de un mirador no hay mucho que hacer (además las compuertas estaban cerradas), así que simplemente aprovechamos para sacar las fotos de rigor, observar los patos y los peces (algo que me recordó los cuadros de Eccher) y luego preparar el regreso.







Curiosidad: Antes de llegar a la Central hay una vieja bomba Copec que me recordó un poco a los escenarios de Cars jajaja, deberían restaurarla aunque sea de adorno.



No tenía mapa a mano (en verdad lo que quiero es un GPS para la moto) así que no me atreví a seguir hasta Litueche, y luego abortamos el viaje a San Antonio debido a que mi madre había perdido sus lentes...
Ibamos por el camino y ya habíamos pasado San Pedro cuando noté que algo caía, y le pregunté:
- se te cayó algo???
- No, nada...

y un par de kilómetros más allá me dice:
- Siii, se me cayeron los lentes...
- Ya, le dije, yo sé donde están...

Dimos la vuelta y efectivamente los lentes estaban, justo en medio del camino, integros, pero justo en la ruta de un enorme camión con acoplado, así que mi madre cruzó rápido y los recogió, ante esa señal divina!!! decidímos regresar hacia Melipilla.


Al volver paramos en el Pronto gigante que está sobre la Autopista, tomamos unos Capuccinos y seguimos para llegar finalmente a Santiago alrededor de las 19:30 hrs.
Sobra decir que el desempeño de mi moto fué espectacular, y tal como leí por ahí, en viajes largos, se cansa mucho antes el cuerpo que el motor de mi fiel Cbx250.

Espero volver el fin de semana a esa zona para ver las carreras de Twisters (oficialmente conocidas como Monomarca 250) en Leyda.

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