Estaba hace poco rato comprando una bebida, una CocaCola (alguna vez les hablé de mi adicción y la vez que intenté dejarla), y ví que la nueva promoción ofrece la oportunidad de ganar 15.000 litros de cocacola.
Se imaginan eso, son 40 años de cocacola a razón de 1lt. al día, y más encima los puedes pedir todos juntos, jajaja, sólo para tener la idea de cómo se vería mi casa con 15.000 botellas de cocacola (bueno los sucios materialistas pueden cambiar el preciado elixir por una suma considerable de dinero... habrá alguien que elija las bebidas?)
Salió un nuevo albúm... el Albúm del Padre Hurtado... que terrible, el pobre Alberto se debe estar revolcando en su tumba, canonizaciones, ceremonias, albumes, estampitas y un montón de estupideces similares... y cabe preguntarse: ¿Dónde queda el Mensaje?
La Iglesia lo entenderá a cabalidad o será más útil como slogan para seguir arriando el ganado, bueno es obvio que prefieren el slogan, la caminata idiota al sol, las estatuas feas, la polerita, el cuadrito con rayitos de sol saliendo de su cabeza, la foto al lado del Emperador Ratzinger... en fin, todo lo que haga olvidar lo que ese gran hombre hizo alguna vez, la consigna es vender, posicionarse en el mercado de la fé (hoy en día hay harta competencia con las sectas y los pastores que predican en el Licas Bar) y seguir pretendiendo entender lo que pasa alrededor.
La Iglesia debería vender sus acciones, es sin duda una de las empresas más lucrativas de la historia de la humanidad, más aún que mi querida Cocacola.
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